miércoles, 31 de diciembre de 2008

Balanceándome

miércoles, 31 de diciembre de 2008
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No has sido un mal año, no me puedo quejar demasiado. Me diste mi ración de mar, me llevaste de paseo por tierras castellanas, e incluso me diste a probar de nuevo el exquisito sabor de las calles de París.

Como todo buen año te has cobrado también tu parte negativa, pero eso no debe tener cabida en el balance de una optimista, así que las cosas que perdí y las que dejé pasar se irán esta noche al fondo del trastero, donde no vuelvan a ver la luz del sol (ni las lágrimas que derramé por ellas).

No has estado mal, pero siempre se puede mejorar. Podías haber manejado las circunstancias para que mis propósitos llegaran a buen puerto y haber puesto trabas a los caminos a los que iban a extraviarse mis errores… pero no se te podía pedir tanto, al fin y al cabo sólo eres un año, y yo demasiado dada a esconder la cabeza bajo la tierra cada vez que soplan malos vientos.

Así que esta noche me calzaré los tacones y me pondré mi vestido nuevo para darte el último beso, te diré adiós y correré en pos de este flamante 2009 que se empieza a colar por las rendijas de mi puerta. Y una vez más, con mi gran lista de propósitos bajo el brazo y doce uvas enquistadas en la garganta saldremos a buscar todo aquello que tú no me pudiste dar.



¡Ciao amore!

lunes, 29 de diciembre de 2008

Im-pertenencia

lunes, 29 de diciembre de 2008
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Hoy, desde el autobús sólo se veían nubes de tormenta y campos grises, y yo me escondía del mundo tras mis gafas de sol, más debidas a mi incapacidad por conciliar el sueño la noche anterior que al sol propiamente dicho.

Me ha resultado raro, bueno, más que raro, peligroso, esta sensación de ir a casa en dirección contraria. Es decir, sabía que el camino era el que me llevaba al lugar donde crecí, donde está mi familia, mi infancia, pero cada día me resulta más ajeno.

La vida que dejé aquí parece que ha dejado de pertenecerme… Tiene su encanto, y desde luego estas son fechas para pasar en familia, pero lo que hoy por hoy es mi vida se ha quedado a 200 kilómetros en dirección norte.

Lo que tengo en Madrid lo he construido yo, ayudada en mayor o menor medida por las circunstancias, por eso su valor es tan grande. Cada paso, cada amigo, cada logro que he conseguido en estos años ha sido fruto de mis decisiones. Aquí no había futuro predefinido, supongo que por eso cuando me hablan de casa, ahora miro hacia arriba.

Parece bonito, y lo es, pero tiene un punto que roza lo escabroso, y es que mi independencia creció más rápido que yo. Esa capacidad de prescindir de los demás me vuelve injusta, porque todo lo que dejo aquí sufre los efectos la condescendencia que tengo para conmigo misma. Me permito huir a mi propio mundo más a menudo de lo que debería. Así que como alguien sugería en un comentario anterior añadiré un nuevo propósito a mi ya abarrotada lista. A partir ahora queda prohibido olvidar las cosas que dejo cada vez que me subo al autobús.



"Al final para un hombre de mundo es muy exótico volver a casa..."

domingo, 28 de diciembre de 2008

Quizás, quizás, quizás

domingo, 28 de diciembre de 2008
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"Nunca se sabe, quizá caiga una estrella."



¿Conoces a Joe Black?

sábado, 27 de diciembre de 2008

La primera versión

sábado, 27 de diciembre de 2008
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Diez años, cuatro meses y veinte días han pasado desde la primera vez que dije “esta noche: concierto”. Aquel día era Alejandro Sanz quien me esperaba subido a un escenario, y yo ni siquiera había cumplido los doce.

Recuerdo las mariposas en el estómago la tarde anterior, las prisas por llegar, el instante que duró horas cuando se encendieron las luces y el que encendió mis ojos al escuchar la primera nota. Lo recuerdo como si fuera ayer, afortunadamente en eso no me ha traicionado mi maldita memoria.

Hoy es otro quien me espera, alguien que llegó mientras le decía adiós a mi adolescencia, en algún punto entre Ciudad Real y Madrid. Captó mi atención al ritmo de Kamikaces enamorados, pero me convención al pie de un Rompeolas, y ese día, con el olor a Salitre48 en la piel me tatué a fuego cada acorde que habitaba en sus canciones.

Ahora vuelvo a notarlas ahí, al fondo de mi estómago, esas locas que sólo se encienden con los poemas tristes y las canciones lentas, esperando a Quique. Con las mismas ganas que hace diez años… afortunadamente.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Promesas que no valen nada

viernes, 26 de diciembre de 2008
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Escribí mil promesas en un papel. E incumplí cada una de ellas.

Encauzar los errores viejos. Controlar mis nervios. Dar caza a las bandadas de pájaros que pueblan mi cabeza. Olvidarte. Volverme asequible. Perdonar mejor, que no es lo mismo que perdonar más. Aprender a cocinar. Buscar un nuevo lugar para echar raíces. Tocar con los pies la tierra un poco más a menudo. Doblar alguna vez la rodilla. Desaprender lo que significa egoísta. Dejar de beber. Volver entender la inocencia y no desmembrar la de los demás…

Me prometí tantas cosas que si las hubiera cumplido apenas podría reconocerme. ¿Pero qué queda de nosotros si nos cansamos de intentar ser mejores? ¿Qué pasa cuando te dejas llevar por la rutina decadente? Puede que los buenos propósitos se esfumen como las nieblas matutinas, pero son el motor de nuestros días, la ilusión de cada principio de año. Así que una vez más llenaré las páginas de bonitas mentiras que, por supuesto, esta vez pienso cumplir.




jueves, 25 de diciembre de 2008

Siempre nos quedará

jueves, 25 de diciembre de 2008
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Yo, no necesito conversar
porque adivino que ya sabes como soy.
Tú me has conocido siempre.
Tú, cuando me miras puedes ver
dentro de mi lo que ni yo puedo entender.
Yo te he conocido siempre.

Amigos para siempre
means you´ll always be my friend.
Amis per sempre
means a love that will never end.
Friends for life,
not just a summer or a spring.
Amigos para siempre

I feel you near me
even when we are apart.
Just knowing you are in this world
can warm my heart.
Friends for life,
not just a summer or a spring.
Amigos para siempre.



Nunca pensé que escribiría un post de Navidad con una letra de Los Manolos, pero es que a veces hace falta salir un poco de las profundidades del alma y sentir con las palmas de las manos. Y así recordar que son canciones como estas las que pueden convertir una nochebuena en una nochefantástica siempre que tengas con quien bailarla.

Así que hoy sin más os deseo feliz navidad y que la resaca sea leve.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Ábreme el pecho y registra

miércoles, 24 de diciembre de 2008
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Un pequeño paréntesis para poder arañar conclusiones nuevas de las paredes conocidas.

Tres días hablando, riendo y bebiendo para aprender (yo que creía que lo sabía todo) que tras las palabras bonitas y los infinitos tratados filosóficos que desfilan por mi cabeza el corazón es sólo un saco viscoso y rojo que se me incrustó en el pecho.

Pero vuelve la noche, y tras el mundo real con su sangre y sus despojos vuelven a latir las canciones, y lo poemas, y ya no hay copas, ni cafés, ni siquiera la compañía. Ahora quedamos sólo mi saco rojo y yo bombeando las emociones que se derretiran por la mañana cual alas de cera.

Pum-pum. Pum-pum.






Quizá tú no me viste,
quizá nadie me viese tan perdido,
tan frío en esta esquina. Pero el viento
pensó que yo era piedra
y quiso con mi cuerpo deshacerse.

Si pudiera encontrarte,
quizá, si te encontrase, yo sabría
explicarme contigo.

Pero bares abiertos y cerrados,
calles de noche y día,
estaciones sin público,
barrios enteros con su gente, luces,
teléfonos, pasillos y esta esquina,
nada saben de ti.

Y cuando el viento quiere destruirse
me busca por la puerta de tu casa.

Yo le repito al viento
que si al fin te encontrase,
que si tú aparecieses, yo sabría
explicarme contigo.


El amor difícil. Luis García Montero


PD: ¡Feliz Navidad!

domingo, 21 de diciembre de 2008

Uno, un medio, un tercio

domingo, 21 de diciembre de 2008
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Mi extraña complicidad con los poetas muertos me lleva una vez más a poner en mi boca las palabras de Oscar Wilde. Decía este escritor estrambótico que los placeres sencillos son el último refugio de los hombres complicados. Y cuanta razón tenía...

Será que me enredo demasiado a menudo entre las marañas de entrañas que pueblan mi interior que acabo siempre por recurrir a las cosas sencillas (que, por aclarar, no es lo mismo que simples), porque cada vez estoy más convencida que las mejores historias son las que se escriben con boli bic.

Sin más que añadir os dejo un dulce ejemplo.





Por todas las veces que el destino enmendó nuestros errores...

sábado, 20 de diciembre de 2008

Ganado de viernes

sábado, 20 de diciembre de 2008
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La música alta y unas cuantas copas de más y volvemos a ser carne de cañón. Buscamos un objetivo entre caras desconocidas siguiendo los patrones de la selección natural (como buenos animales de compañía que somos…) para volver a casa con un trozo de carne como trofeo.

Y luego… nada más. A volver a contar los días que quedan hasta el próximo fin de semana, a sobrevivir con las migajas que el amor se dejó por el camino.




Sobreviviré en casas de cantos, comeré de la ilusión,
me vestiré de versos, de palabras, me buscaré en cada flor.
Como mariposa que de gusano pasa al reino del color.
Esperaré sentado, como siempre he esperado,
el último verso, que destruya mi escenario.

Me he alquilado unas retinas para ver lo que me queda
en esta vida de mentiras, y tengo en casa golondrinas
que me cuentan que me esperas sentada en la orilla.
Esperaré sentado, como siempre he esperado,
el último verso que destruya mi escenario.


El último verso. Carlos Chaouen

viernes, 19 de diciembre de 2008

Entre sombras y claros

viernes, 19 de diciembre de 2008
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Y guardo en la memoria el equilibrio de un domingo atravesado,
y guardo aquel retrato de tu pecho que escondí en el calendario.

Te he dejado en la despensa lunas, si acaso es que oscurece.
Creo que se hace tarde y ya empezó la orquesta. Busca entre la gente.

Caras demasiado cuerdas para un escenario cada viernes,
esperé hasta el sábado y la feria fue cambiándome la suerte.

Pongamos que te pongo y tú me pones... el derroche entre las manos...


Y no te quiero tanto. Andrés Suárez


Hoy olía a Libertad... y se me derramaron los puntos suspensivos.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Los desgarros del insomne

jueves, 18 de diciembre de 2008
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Otra noche que veo pasar las cuatro por mi reloj. Buscando el sueño entre los rincones más oscuros de mi habitación, he hallado a cambio tan sólo polvo y otra dosis de impaciencia.

He intentando mantener a raya los remolinos que el insomnio crea en mi cabeza, pero no consigo más que alimentar con leña verde las hogueras que me rodean. Y entre tanto humo, poco fuego y más problemas.

Y es que entre tanta arena que cae de los relojes uno confunde lo propio con lo empático, y acaba por no saber si el dolor es el de su piel lacerada o el del hombro que sangra junto al suyo. Así que hoy mi corazón ha decidido encabritarse por cuatro dolores ajenos, por cuatro punzadas que no puedo curar.

Pero en lugar de huir bajo las mantas y hacer como que puedo dormir a esta cabeza loca sólo se le ha ocurrido vestir las pieles de los animales heridos y sembrar palabras en retazos de papeles que mañana por la mañana acabarán en la basura mientras busco el maquillaje para tapar la ojeras.

Puede que no haya sido suficientemente buena como lazo, que dejara sin amarrar todos los botes a este puerto, pero no me he vuelto sorda, ni ciega, ni desatenta, sigo aquí, al lado de las paredes, esperando que por una vez alguien venga a buscarme a mí, a amarrarme a las cosas que merecen la pena. Esperando para poder dar todo lo que llevo dentro antes de que se derrame entre aviones y desiertos.

martes, 16 de diciembre de 2008

Perros y gatos

martes, 16 de diciembre de 2008
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Nunca entendí bien por qué se dice aquello de que la gente se pelea como perros y gatos, en realidad creo que no entiendo bien demasiadas cosas…

Me pierdo con demasiada facilidad en mi laberíntica red sentimental y puede que por eso no alcance a saber si en esta historia me toca ladrar o maullar, a pesar de que no me apetezca ninguna de las dos cosas. Yo sólo quiero sonrisas y cafés de los de antes y que nos hagamos un poco más felices, pero parece que se nos ha olvidado.

¿Qué pusimos en medio que ya no nos vemos igual? ¿Borré el encanto cuando intenté deshacer los nudos de esta historia? Te juro que intento ser buena contigo, que lo último que quiero es herirte, pero tengo la sensación de que algo se me escapa de las manos, de que hay una irritabilidad que no sabemos curar.

Dime qué tengo que hacer y te aseguro que lo intentaré, sin obligación, sólo con ganas, con todas las que me quedan, pero por favor, no dejes que nos diluyamos entre tanta insatisfacción porque ni tú ni yo nos lo merecemos.

Y ya he perdido suficientes cosas para saber que la vida no es un enorme ring de boxeo.




Hay una puerta para entrar,
tengo la llave en mi cabeza.
Hay otra vía para llegar,
solamente hay que dar la vuelta.

Avanzo cada vez más despacio,
estoy perdido en el espacio,
y no sé dónde puedo ir así, así,
así, así, así, así.

Todo puede ir mejor,
pero nunca se sabe cuando.
Podremos hacernos viejos
esperando a ver el cambio.

Es tan grande el universo,
y yo me siento tan pequeño,
y no sé dónde puedo ir así, así,
así, así, así, así.

Llevo mil años esperando
porque estoy seguro de que
todo puede ir mucho mejor, mejor,
mejor, mejor, mejor, mejor.


Todo puede ir mejor. Niños mutantes

lunes, 15 de diciembre de 2008

Mis historias, sus fotos y un plan

lunes, 15 de diciembre de 2008
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No he buscado a nadie, llevo días buscándome yo
no quiero pensar en Madrid ni en su reloj.
Duermo por las tardes,
por las noches me invento su voz.
En las sombras me veo al revés,
en los libros me encuentro mejor.

Estatua de sal prepara tu salto mortal.
No te puedo calmar pequeño desastre animal.

Pinto en los espejos personajes de ciencia ficción,
que escapan a su otra mitad sin pedirle permiso al creador.
Y ensucio recuerdos cuando echo la vista hacia atrás,
he mezclado en el mismo cajón mis historias, sus fotos y un plan.

Estatua de sal prepara tu salto mortal
No te puedo esperar pequeño desastre animal

Eh, ¿tú de que vas?, dime si vas a saltar...
Hoy no puedo esperar, ven pequeño desastre animal

Vetusta Morla




No era más de medio metro, pero no lo pudimos salvar. Tú tenías demasiado vértigo y yo pocas ganas de esperar. Y así, en mitad de un verano de hace mil años, todo empezó a ir como un canto cuesta abajo, llevándose por delante lo bueno y lo malo que se interpuso en el camino.

Y después de eso, cien saltos mortales más que se quedaron en agua de borraja, en caídas con red y salidas de emergencia. Mil días distorsionando los recuerdos al antojo de mi memoria para borrarte al final de cada historia desvalijada.

Rodando hacia abajo no te puedo salvar (pequeño desastre animal...).

domingo, 14 de diciembre de 2008

My blueberry nights

domingo, 14 de diciembre de 2008
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Buscaba un plan para huir de la lluvia de una tarde invernal. Entré al cine sin saber muy bien que esperar, y encontré un frasco que guardaba las llaves que abren todas las puertas.

Empecé perdida, como buscando a alguien, nerviosa y confusa, con más miedo a encontrar respuestas que a seguir perdida en la oscuridad. Pero poco a poco la sala empezó a llenarse de un aroma a tarta recién hecha mezclada con una ración de tristeza (tan inherente una vez más a la felicidad) y conseguí dejarme llevar.

Tras varios números de malabarismos y un par de saltos mortales, trescientos días después volvemos al punto de partida para zanjar con besos las conversaciones inacabadas.




No se me ocurre una manera más dulce de describir la vida.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Despojado de efectos

sábado, 13 de diciembre de 2008
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"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas."

Pablo Neruda



Esperemos que encuentres lo que esparabas.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Réquiem por un sueño

viernes, 12 de diciembre de 2008
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Juntamos otra vez
tu juego y mi razón, mi juego y tu razón.
Quedamos a las diez
para recuperar nuestro hilo conductor.

Y dices que no pasa nada, que el jet-lag no te afectaba,
y regresaste cantando, no te veré por un rato.
Y dices que no pasa nada, que yo lo necesitaba,
me tiro por la ventana de tu casa encantada.

Yo me comí las paredes, tú te empapaste en Granada
de la mirada urgente que te sonríe atontada.
La semana pasada no era lo que esperabas,
sólo fue un movimiento que hiciste fuera de tiempo.

Yo lo necesitaba, dices que no pasa nada,
que volar no te afectaba y yo
me guardo el corazón, me guardo el corazón.

No vuelvas a llamar si no es para decir
que todo está al revés.




El otro día me dio por ponerme a escuchar discos de Iván Ferreiro… Y te vi en las canciones, a ti que hace tanto que no te veía en ningún sitio…

Te despojé de tus encantos y sólo me quedaron un par de calaveras que ardieron por jugar con fuego. Al fin comprobé que las cenizas de la carne se las había llevado el viento, que ya no había sangre que bombeara los corazones, y todo se quedó tan calmo y vacío que se me evaporó el alma de la pena.

Pero es que la vida te lleva por caminos raros y a veces es necesario autoinmolarse para sobrevivir, aniquilar la mejor parte de uno mismo porque no es el momento apropiado. Tocar de nuevo un réquiem por las canciones que ya no dicen nada de ti.


Magia para evitar lo inevitable,
magia para olvidar lo fácil que se olvida
como por arte de magia.

Y hubo magia que borró todas las pisadas,
magia, dolía mucho y no fue nada,
magia en que todo acaba.
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jueves, 11 de diciembre de 2008

Cuestión de educación

jueves, 11 de diciembre de 2008
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¡Por mí y por todos mis compañeros!




Pero, ¿por mí primero?

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Un café con sal

miércoles, 10 de diciembre de 2008
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¿Fue como beso o llanto?
¿Nos hallamos con las manos,
buscándonos a tientas,
con los gritos clamando,
con las bocas que el vacío besaban?

¿Fue un choque de materia y materia,
combate de pecho contra pecho,
que a fuerza de contactos
se convirtió en victoria gozosa de los dos,
en prodigioso pacto de tu ser con mi ser enteros?

¿O tan sencillo fue, tan sin esfuerzo,
como una luz que se encuentra con otra luz,
y queda iluminado el mundo,
sin que nada se toque?

Pedro Salinas




Analizándonos, divagando acerca de lo humano y lo divino, intuyéndonos tras las palabras, se pasan las horas sin llegar a ninguna conclusión. Tras muchos cafés, las noches en vela, los paseos y un par de cañas volvemos al punto de partida.

Pero, así de pronto, mientras cae la noche nos damos cuenta de cuánto hemos crecido, de cuánto hemos ganado, de que no necesitamos conclusiones porque tenemos intensidad, de que no hay un punto de llegada, sino una dulce caída en espiral.

Y pasito a pasito hemos sobrevivido, unas veces hablando mucho, otras callando demasiado. Pero enteros al fin y al cabo, menos grandes, pero más llenos.

Ya sé que dices que “siempre” no existe, pero te equivocas. Siempre estaré aquí.


martes, 9 de diciembre de 2008

Una sed de ilusiones infinita

martes, 9 de diciembre de 2008
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He buscado en el diccionario alguna palabra que me definiera. He leído páginas llenas de tecnicismos y adjetivos podridos de moderación, y he acabado por arrancar cada una de ellas para hacer una hoguera que caliente esta horrible noche de invierno.



Pero en algún momento empezaron a sonar las palabras que el papel no supo pronunciar:

Un terremoto emocional endemoniado,
un jaguar que les observa desde la espesura de la selva.
Una cinta de seda alrededor
de una bomba de relojería a punto de estallar.

Una maniobra de nunca atracar,
un perfume de aromas orientales,
un desayuno con tamales,
un accidente previsto en los planes.

Una contienda contenida y loca,
un beso en la boca de la botella
de flor de caña -gran reserva-,
sobre una mesa repleta de vasos vacíos
y limones exprimidos.

Una sed de ilusiones infinita,
donde nacen y mueren
las acciones que brillan,
en el tiempo que contempla
un mundo hecho a medida,
no sólo del que siembra,
sino del que es semilla.


El aragonés errante. Enrique Bunbury


lunes, 8 de diciembre de 2008

Allí donde se cruzan los caminos

lunes, 8 de diciembre de 2008
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Los domingos me gusta sentarme en el lado izquierdo del autobús para ver atardecer. Siempre en dirección norte, huyendo a casa, o de casa, nunca lo llegué a tener demasiado claro...




Dispuesta una vez más a diluirme en Madrid como una cucharada de sal en medio del mar. Sintiéndome segura en el anonimato de las calles superpobladas... Una oveja más para el rebaño de la gran ciudad. Balando y bailando al son que tocan sus semáforos.

Hay quien dice que les agobian el tráfico o la distancia, pero yo me hice irremediablemente adicta a cada uno de sus defectos. Quizá porque dejé repartidas por su calles demasiadas partes de mí misma. Porque son las que repiten el eco de mis tacones las noches de sábado y escuchan mis bostezos la mañana siguiente.

Una vez escuché que nunca las calles nuevas fueron caminos, y debe ser que el ritmo que marca la rutina haya convertido en extraño todo lo que no es esta mole de edificios en mitad del país. Supongo que en algún punto de los últimos cuatro años debí echar el ancla al sur de Chamberí.


"Donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me dejo la vida en sus rincones,
pongamos que hablo de Madrid."


domingo, 7 de diciembre de 2008

Mordiendo manzanas

domingo, 7 de diciembre de 2008
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"Puedo resistirlo todo excepto la tentación".




¿Y para qué oponer resistencia con lo dulce que es sucumbir? ¿Por qué no dejarse llevar hasta saciar nuestras pasiones? Nunca creí en la cultura de la sobriedad, desde luego no iba a empezar hoy...

sábado, 6 de diciembre de 2008

Días de trigo y noches de hierbabuena

sábado, 6 de diciembre de 2008
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-Pero si me domesticas mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan a nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo…

El zorro calló y miró largo tiempo al principito.

-¡Por favor…, domestícame! – dijo.

-Me gustaría, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas – respondió el principito.

-Sólo se conocen las cosas que se domestican –dijo el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca…

Al día siguiente volvió el principito.

-Hubiese sido mejor venir a la misma hora –dijo el zorro-. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.

-¿Qué es un rito? –dijo el principito.

-Es también algo demasiado olvidado –dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días; una hora de las otras horas.

Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de la partida:

-¡Ah!... –dijo el zorro-. Voy a llorar.

-Tuya es la culpa –dijo el principito-. No deseaba hacerte mal, pero quisiste que te domesticara…

-Sí –dijo el zorro.

-Entonces, no ganas nada.

-Gano – dijo el zorro-, por el color del trigo…




Para vosotras, por manteneros unidas, por valorar lo que eso supone, por esforzaros en comprender a las demás, por legarnos lo mejor de vuestras aficiones, por compartir el tiempo y no sólo el espacio. Por todas las cosas que anoche me hicieron tener que contener lágrimas de alegría: gracias. ¡Me habéis tocado la patata, chicas!


viernes, 5 de diciembre de 2008

El eco sordo de mi voz

viernes, 5 de diciembre de 2008
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Esa canción todavía me eriza la piel. Cada acorde me habla de lo maravilloso y de lo duro de lo que me ha pasado. Cada nota guarda un instante en el que fui feliz, en el que gané o en el que me quede viendo las oportunidades pasar. Más bueno que malo, pero todo productivo (el caso es salir ganando).

Las noches en el parquecillo, donde nació allá por el año 2000, en los tiempos del John Wayne Circus, ¿te acuerdas? Noches en las que el mundo paraba, y se sentaba a echarse unas risas. Noches que me convirtieron en un corazón con patas.

Un viaje en autobús entre dos puntos de Escocia que qué más da cuales fueran, pero que me valieron algo tan especial que sobrevivió al tiempo, la distancia, las diferencias, los silencios… algo que llama de vez en cuando a las tres de la mañana para intercambiar latidos y quitarle las telarañas a las pasiones.

Me recuerda a ti que estás en todas mis canciones, sí, en todas estas que no te gustan, pero que escuchas a mi lado sólo porque intuyes lo que me hacen sentir. Siempre tan distintas, y sin embargo tan parte la una de la otra que creo que moriría si desaparecieras de mi vida.

Las grandes conversaciones divagando, aunque casi nadie entienda sobre qué. Bien regaditas de sangría Don Simón (como debe ser). Y aliñadas por supuesto con la mejor de las compañías.

A veces incluso me devuelve a una noche en el Burger en la que empezó a sonar e intenté explicar lo que significaba para mí. Me faltaban las palabras, pero creo que mis ojos me delataron. Y lo mejor, es que creo que pudiste leer en ellos.

Me habla de todos mis fracasos de una manera tan dulce que casi se me escapan las lágrimas, me recuerda el dolor que quedaba bajo la comprensión, las medias sonrisas que te ocultaban un no. Y luego me pinta las paredes con estrellas que se ríen a carcajadas para que la tristeza no duré más que medio instante.

Dice tanto, tanto, tanto, que casi la llevo escrita en la piel, que sus notas se cuelan en mis suspiros, que me cuenta mi vida cada vez que el modo aleatorio la desparrama por mi habitación. Creo que hace mucho que esa canción dejó de ser de quien la compuso para pasar a ser mi canción.

¿Sabes de lo que hablo, no?





“He buscado en los desiertos de la tierra del dolor
Y no he hallado más respuesta era que espejismos de ilusión.
He hablado con las montañas de la desesperación
Y su respuesta era sólo el eco sordo de mi voz…”

jueves, 4 de diciembre de 2008

Inexorable

jueves, 4 de diciembre de 2008
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Cuando los campos se marchitan, las amapolas sangran...




Madre: He de estar serena. Porque vendrán las vecinas y no quiero que me van tan pobre. ¡Tan pobre! Una mujer que no tiene un hijo siquiera que poderse llevar a los labios.

(Aparece la Novia. Viene sin azahar y con un manto negro)

Vecina: ¿Dónde vas?

Novia: Aquí vengo.

Madre: ¿Quién es?

Vecina: ¿No la reconoces?

Madre: Por eso pregunto quién es. Porque tengo que no reconocerla, para no clavarle mis dientes en el cuello. ¡Víbora! (A la vecina) ¿La ves? Está ahí y está llorando, y yo quieta sin arrancarle los ojos. No me entiendo. ¿Será que yo no quería a mi hijo? Pero ¿y su honra? ¿Dónde está su honra? (Golpea a la novia y ésta cae al suelo).

Vecina: ¡Por dios! (Trata de separarlas).

Novia: (A la vecina) Déjala. He venido para que me mate y me lleven con ellos. (A la madre) Pero no con las manos; con garfios de alambre, con una hoz, y con fuerza, hasta que se rompa en mis huesos. ¡Déjala! Que quiero que sepa que yo soy limpia, que estaré loca, pero que me pueden enterrar sin que ningún hombre se haya mirado en la blancura de mis pechos.

Madre: Calla, calla, ¿qué me importa eso a mí?

Novia: ¡Porque yo me fui con el otro, me fui! Tú también te hubieras ido. Yo era una mujer quemada, llena de llagas por dentro y por fuera, y tu hijo era un poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, lleno de ramas, que acercaba a mí el rumor de sus juncos y su cantar entre dientes. Y yo corría con tu hijo que era como un niñito de agua fría y el otro me mandaba cientos de pájaros que me impedían el andar y que dejaban escarcha sobre mis heridas de pobre mujer marchita, de muchacha acariciada por el fuego. Yo no quería, ¡óyelo bien!, yo no quería. ¡Tu hijo era mi fin y yo no lo he engañado, pero el brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me hubiera arrastrado siempre, siempre, aunque hubiera sido vieja y todos los hijos de tu hijo me hubiesen agarrado de los cabellos.

[…]

Bodas de Sangre. Federico García Lorca

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Mátame, mátame mucho

miércoles, 3 de diciembre de 2008
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“And all men kill the thing they love.
By all let this be heard,
Some do it with a bitter look,
Some with a flattering word,
The coward does it with a kiss,
The brave man with a sword!”




Extracto de la Balada de la cárcel de Reading. Oscar Wilde


Decía el gran Oscar Wilde que el hombre acaba por matar todo lo que ama, y no le faltaba razón, pero lo que olvidó añadir es que cuando no lo hace acaba muriendo por ello.

Todo lo que nos cala nos debilita, para bien o para mal. La vulnerabilidad abre las puertas más profundas del alma, nos arranca la piel para mostrarnos mejor, pero nos deja expuestos y frágiles, dispuestos a hacernos añicos con el próximo soplo del viento. ¿Pero qué sería de nosotros si siempre nos quedásemos ocultos a la sombra de nuestros escudos? Pues una vez más saldríamos ilesos. Pero ilesos y vacíos.

Así que a fin de cuentas todo es matar o morir. Víctima o verdugo, no quedaron más papeles en esta tragicomedia. Y mientras representemos por igual ambos roles seguiremos en pie, sufriendo a veces, hiriendo el resto, intentando una vez más mantener el equilibrio.

Qué injustas son algunas verdades, saber que apuñalamos aquello que queremos, y eso tan sólo cuando reunimos el valor para traicionar con puñales, porque más triste aún es matar huyendo, sin anestesia ni perdones. Pero no me juzgues por las veces que estuve en el bando equivocado, sólo era para compensar las veces que morí desangrada mientras tú salías corriendo.


martes, 2 de diciembre de 2008

Versiones a quemarropa

martes, 2 de diciembre de 2008
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Con toda la sencillez que tienen las cosas bonitas. Reinventando lo viejo, rellenando sus arrugas con encanto. Suave como el humo, fuerte como un disparo. No sé que tiene esta canción (y el correspondiente vídeo) que me llena y me vacía a su antojo. Será que siempre me han gustado las cosas que me remueven por dentro... esto debe ser aquello de "sentir fuerte".

Como yo te amo, nadie te amará.

Si yo quisiera y tú te dejaras, claro.

lunes, 1 de diciembre de 2008

El arte de la casualidad

lunes, 1 de diciembre de 2008
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Otra vez me he tropezado con la casualidad, en un dulce instante de imprevisión. Y esta vez venía cantando una canción de Bob Dylan y hablando de cine. Otra vez ha salido escondida de una esquina en mitad de una noche invernal, mientras yo me asomaba entre las mantas para ver surgir de nuevo diciembre.

Como parte del trato le he regalado otro fragmento de azar:

"Cuando hace frío la mayoría de las cosas van más deprisa, o llegan antes, me refiero a las casualidades. Me encanta que haga frío... Una tarde de mucho frío leí una pregunta de amor demasiado bonita para la letra de un niño. Aquel mensaje lo tenía que compartir, no sabía que hacer con el..."



Los amantes del círculo polar. Julio Médem