jueves, 29 de enero de 2009

Permiso para aterrizar

jueves, 29 de enero de 2009
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Dame permiso para aterrizar,
pero luego no me pases la factura
si me sobrevuela la necesidad,
cuando ya no me quiera ninguna.

Subiré a tu cama,
pintaré una nube en tu ventana.

Dame permiso para aterrizar
si me canso de vivir en las alturas.
Dame ternura, dame velocidad
que me he quedado a oscuras.



Permiso para aterrizar. Quique González
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martes, 27 de enero de 2009

Alea jacta est

martes, 27 de enero de 2009
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La suerte está echada. No sé si he soltado lastre o lo he echado a volar sobre mi cabeza, pero de alguna manera esta pelea conmigo misma me será ajena por un tiempo.

Esperemos que los vientos de enero sepan mejor que yo hacia dónde dirigir mi vida, que escriban en el idioma que sea la palabra cambio, aunque no la entienda, aunque me sepa a fuego cuando intente pronunciarla. Y es que sé que tras la quemadura viene el bálsamo que cura las heridas, las ganas de recogerme del cubo de basura en que se han convertido estos días.

Que este huracán me lleve dónde quiera, yo sólo voy a abrir las alas... y dejarme llevar.




"Tengo ganas, pequeñas, pero ganas de empezar otra vez y olvidarme de que ésta y cualquier ciudad a veces está tan triste como yo. Y notar que estoy cambiando, aunque sólo sea un poco..."


Piedras. Ramón Salazar
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lunes, 26 de enero de 2009

Dämmerung

lunes, 26 de enero de 2009
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Fluye el tiempo inmortal y en su latido
sólo palpita estéril insistencia,
sorda avidez de nada, indiferencia,
pulso de arena, azogue sin sentido.

Hechos ya tiempo muerto y exprimido
yacen la edad, el sueño y la inocencia,
puñado de aridez en mi conciencia,
vana cifra del hombre y su gemido.

Vuelvo el rostro: no soy sino la estela
de mí mismo, la ausencia que deserto,
el eco del silencio de mi grito.

Todo se desmorona o se congela:
del hombre sólo queda su desierto,
monumento de hiel, llanto, delito.


Crepúsculos de la ciudad. Octavio Paz
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domingo, 25 de enero de 2009

Sobre oasis y desiertos

domingo, 25 de enero de 2009
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Una vez leí que hay algunos oasis en los que el desierto es sólo un espejismo, y yo, que soy adicta a las teorías ajenas, no puedo menos que apropiarme de ella.

Lo cierto es que hay veces que a pesar de tener todas nuestras necesidades cubiertas nos volvemos autodestructivos, vertemos nuestras frustraciones sobre cualquier atisbo de buen humor y vamos aniquilando el futuro poquito a poco.

Pero de pronto, como una cucharada de azúcar en un café amargo, alguien te dice al oído, que todo lo malo se pasa, y que sólo tú decides con lo que te quedas, y suena sincero y fiel, y te entran tantas ganas de creértelo que, al menos durante un rato, todo se vuelve cálido y sereno. Vuelves a sentir el peso de tu vida sobre tus propios pies, en lugar de en esa nube de tormenta que últimamente amenazaba cada uno de tus días.

Y puede que no sea un punto cero, pero al menos anestesia las heridas, calma la sed y rebaja las dosis de pesimismo que consumen los días. No hacen falta cien pensamientos para que el mundo sea mejor, hoy valía sólo con uno.




"No somos lo que quisiéramos ser,
solo un breve latir en un silencio antiguo,
con la edad del cielo.

Calma, todo está en calma,
deja que el beso dure, deja que el tiempo cure,
deja que el alma tenga la misma edad
que la edad del cielo."


La edad del cielo. Jorge Drexler
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viernes, 23 de enero de 2009

Enero se escribe con tinta roja

viernes, 23 de enero de 2009
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Holly: ¿Conoce usted esos días en los que se ve todo de color rojo?

Paul: ¿Color rojo? Querrá decir negro.

Holly: No, se puede tener un día negro porque una engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe por qué. ¿Le ha ocurrido a usted alguna vez?

Paul: Sí.

Blake Edwards. Desayuno con diamantes
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jueves, 22 de enero de 2009

El coro de las dalias muertas

jueves, 22 de enero de 2009
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No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.

Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.

Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!

Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.

Ciudad sin sueño. Federico García Lorca




En los tiempos en los que hasta las verdades absolutas se han vuelto efímeras y falsas no queda tiempo para dormir (a soñar ya ni me atrevo) hay que consumir, volcar nuestras ideas en una bolsa de papel al más puro estilo americano, y rellenarnos de prejuicios, cual pavo el día de Navidad.

Aquí la culpa se cura con Prozac y el cansancio con cafeína, los perdones se escriben en código Morse, no vaya a ser que alguien note que somos humanos. Y yo... yo me ahogo entre tanta agua embotellada... así que una vez más acabo la partida con el mundo corriendo en círculos cuadrados, buscando sucedáneos de sangre que chupar, escogiendo un punto del mapa al que huir de mi sombra y de esta maldita desgana con la que hemos envenado nuestras palabras.
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martes, 20 de enero de 2009

Cosas ordenadas que se han caído

martes, 20 de enero de 2009
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Voy a arrancar los días tóxicos del calendario, machacarlos a conciencia, disolverlos en mi copa de vodka y beberlo sin respirar.




[Cualquier cosa, pero que acabe ya... aunque sea conmigo]
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lunes, 19 de enero de 2009

Kafka en la orilla

lunes, 19 de enero de 2009
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"A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo."



Extracto de Kafka en la orilla, de Haruki Murakami
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domingo, 18 de enero de 2009

Dos clavos a mis alas

domingo, 18 de enero de 2009
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Dejemos que las palabras se devoren las unas a las otras, que jueguen a ser carniceras por mil días, que despedacen cada letra y cada sentido, que se consuman disfrazadas en suspiros de reproche hasta que sólo suenen a silencio.




"Y aún no sé si el tren se partió en dos
o era mi alma que lloraba flores muertas,
o el delirio quién lloró,o era lluvia,
o fue tu piel,o el cielo en alto, o las calles,
o los perros, o la nieve en tu portal..."


Anclado en la estación. Luis Ramiro
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sábado, 17 de enero de 2009

Inventando coartadas

sábado, 17 de enero de 2009
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"Todo empezó,
un cruce de miradas,
un entretén y miento,
e invento una coartada.

Todo empezó
por el tercer cubata,
sonidos que detesto
me impiden abrir alas

Todo empezó sin saber que pensó,
si pensó en el saber,
si brilló el corazón
o si , tal vez, era un juego fugaz.
Unas ganas de huir, unas ganas de hablar."



Hay días en los que lo mejor que uno puede hacer es ponerse una venda en los ojos, dejar la conciencia en casa y salir a tocar con las yemas de los dedos esa parte de la vida que está cansada de ser frágil y amarga.

Y volver a casa cien horas después para descubrir que por fin la conciencia te ha dejado por otra. Y sin el lastre de los consejos cuerdos empezar a dejar los debo y agarrar fuerte a los quiero. Batir fuerte las alas. Gritar secretos para espantar fantasmas. Redescubrir el tiempo y las ganas de escuchar. Recordar que la buena vida sabía a lima y hierbabuena.
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jueves, 15 de enero de 2009

Onomatopéyica

jueves, 15 de enero de 2009
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¡Puaj! ¡Ouch! ¡Pufff! ¡Ah! ¡Bang! ¡Ey! ¡Arggg! ¡Paf! ¡Shhh! ¡Ñaaa! ¡Grrr! ¡Crak! ¡Psss! ¡Oh! ¡Zas! ¡Glup! ¡Ay! ¡Boom! ¡Plof! ¡Chis! ¡Fru! ¡Pow! ¡Zwapp! ¡Pum! ¡Zzzz!

Hoy las palabras se me han atravesado en la garganta y sólo han quedado sonidos guturales que sabían a fracaso y ansiedad. Lo siento, pero es que hay días que no me quedan ganas mas que para mirarme dentro y gritar de miedo. Todavía tengo que aprender a preguntar si hay alguien dispuesto a escuchar.
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miércoles, 14 de enero de 2009

En ese instante eléctrico

miércoles, 14 de enero de 2009
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"Me gusta soñar con mis planes,
me gusta más que dormir.
Tramándolos mientras descansas,
soñando en canciones que haré para ti."



Y así con otra canción revoloteando en la cabeza me largo a mi iglú en busca de una fecha para los planes cien veces postergados. Deleitándome en la espera. Viviendo entre las sábanas los días que todavía no han tomado forma propia. Moldeando el mundo a mi antojo en ese instante eléctrico en el que todo me pertenece...
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martes, 13 de enero de 2009

Jugar al azar

martes, 13 de enero de 2009
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"Aquel que dijo que más vale tener suerte que talento, conocía la esencia de la vida. La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte, asusta pensar cuántas cosas escapan a nuestro control.

En un partido hay momentos en que la pelota golpea con el borde de la red, y durante una fracción de segundo puede seguir hacia delante o hacia detrás. Con un poco de suerte sigue hacia delante y ganas, o no lo hace y pierdes."


Introducción de la película Match Point




Así que tira los dados que hoy es martes y trece y me apetece jugarme hasta la piel... sobre todo porque sé que tengo todas las de perder.
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lunes, 12 de enero de 2009

Días de vino y rosas

lunes, 12 de enero de 2009
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Lo más digno de improvisar es buscar el arte en las palabras ebrias, la empatía en la distancia de la opiniones, al ritmo de un tango que sólo se sabe bailar con los dedos de las manos.

Lo increíble de los amigos es llegar cansada a un domingo y revivir entre casualidades y risas. Y acabar sin saber cómo en un Edén de palabras sinceras y emociones dulces hasta el último grano de sal.

Lo genial de los días grises, es que salga el sol sin avisar…



“No hay teoría, simplemente escucha.”

Claude Debussy.
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sábado, 10 de enero de 2009

Hasta dejarme sin aliento

sábado, 10 de enero de 2009
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Báilame el agua. Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto. Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor. Sácame de quicio. Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado. Hazme sufrir. Aviva las ascuas. Ponme a secar como un trapo mojado. No desates las cuerdas hasta que sea tarde. Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos. Líbrame de mi estigma. Llámame tonto. Sacrifica tu aureola. Perdóname. Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora. No me arrastres. No me asustes. Vete lejos. Pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo. Sangra mi labio con sanguijuelas de colores. Fuma un cigarro para mí. Traga el humo. Arréglalo y que no vuelva a estropearse. Échalo fuera. Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora. Sueña retorcido. Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos. Dame la llave de tus oídos. Toca mis ojos abiertos. Nota la textura del calor. Hasta reventar. Sé yo mismo y no te arrepentirás. ¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos. Yo te enviaré a los míos. Píllate los dedos. Los lameré hasta que no sepan a miel. Hasta que no dejen de ser miel. Sal, niega todo y después vuelve. Te invito a un café. Caliente claro. Y sin azucar. Sin aliento.


Báilame el agua. Josecho San Mateo
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viernes, 9 de enero de 2009

Nieve en la ventana

viernes, 9 de enero de 2009
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"Viajero que regresas a esa ciudad del Norte
donde una dulce nieve empapa la razón,
donde llegan los barcos cargados de preguntas
a muelles laboriosos como mi corazón.

Háblale de mi vida, las autopistas negras
que atraviesan volando mi terca soledad,
esa gente que pasa por la calle, llevando
mi pensamiento al otro lado de la ciudad."


Cuando aprieta el frío. Joaquín Sabina



Calada hasta los huesos. Muerta de frío. Pero más feliz que una perdiz. Y todo por culpa de esas cositas blancas que caían del cielo.
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jueves, 8 de enero de 2009

Eternal sunshine of the spotless mind

jueves, 8 de enero de 2009
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Joel: Hola.

Clementine: Hola. Creía que no volverías a dar la cara. Pensé que te sentirías humillado, al fin y al cabo saliste huyendo.

Joel: Necesitaba verte y… me gustaría invitarte a salir.

Clementine: Estás casado.

Joel: Aún no, no estoy casado. No, no lo estoy.

Clementine: Pues tío, te lo diré sin rodeos: salgo muy cara. De modo que no pasaré con pies de plomo por tu matrimonio o por la relación que tengas. Si quieres estar conmigo será conmigo.

Joel: Vale.

Clementine: Muchos hombres creen que soy un concepto, o que quizás les complemento, o que voy a darles vida. Sólo soy una mujer jodida que busca su paz de espíritu, no me asignes la tuya.




[Tiempo después]


Joel: Recuerdo muy bien ese discurso.

Clementine: Te tenía fichado, eh?

Joel: Tenías fichada a la raza humana.

Clementine: Es posible.

Joel: Seguía creyendo que me salvarías la vida, incluso después de eso.

Clementine: Lo sé.



Porque todos hemos creído que llegaría alguien a salvarnos del día a día, que haría que nuestros labios no supieran nada más que sonreir, que llenaría las tardes de cafés infinitos y las noches de cohetes de feria.

Porque todos nos hemos desengañado, hemos tirado la inocencia por el retrete y hemos salido corriendo sin ninguna dirección para volver de nuevo con una venda en los ojos, que nos permita seguir ciegos de esperanza al menos un ratito más.
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miércoles, 7 de enero de 2009

Masoquismo al 50%

miércoles, 7 de enero de 2009
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A veces se gana:

- Un bolso
- Dos camisetas
- Un vestido
- Dos pares de pendientes
- Una pulsera
- Unas botas


Y otras se pierde:

- Una espalda destrozada
- Deshidratación leve
- Dolor de cabeza
- Un buen resfriado


Tras semejante muestra de masoquismo no me quedan fuerzas mas que para cerrar el día con la evaluación de los daños ocasionados y un "esto es to, esto es tod, esto es todo amigoooos".
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martes, 6 de enero de 2009

En la ardiente oscuridad

martes, 6 de enero de 2009
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Algo más de diez días fuera y he vuelto tanteando las paredes. Yo, que podía ponerme una venda en los ojos y recorrer los pasillos con el olfato, hoy estoy ciega, sorda y sola en esta casa para cinco.

Es increíble lo rápido que se pierden las costumbres, el instante en el que lo propio se vuelve ajeno y nos quedamos tirados en tierra de nadie. Volvemos como siempre a perseguir nuestras rutinas, a mendigar por nuestras manías. Mirando al infinito en busca de un color conocido voy midiendo cada paso que me devuelve hoy al ese lugar extraño que llamo casa cuando estoy lejos.
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sábado, 3 de enero de 2009

La arena que cayó del reloj

sábado, 3 de enero de 2009
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Esta no es la embajada del reproche
ni el vademécum de lo que perdí,
para que llueva, para ser de noche,
es condición sine qua non to be.

Or not to be, como intuyó el bolero
calavera de un príncipe danés,
se equivoca la urgencia y el te quiero
que no vuelve la ausencia del revés.

Escribo sólo por matar las tardes,
por no ponerme a deshacer maletas,
por no arrastrarme por las estaciones.

Por no andar, como el rey de los cobardes,
mustio, con un ramito de violetas,
en el sepelio de las decepciones.

Matar las tardes. Joaquín Sabina




Creyendo como siempre que podemos controlar el viento vamos cayendo una vez más en el hastío del luego, en la pereza del después. Demasiados confiados para entender que no se puede matar al tiempo sin inmolarnos nosotros con él.
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viernes, 2 de enero de 2009

Quizás sólo silbar

viernes, 2 de enero de 2009
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Humphrey Bogart: ¿Por qué has hecho eso?

Lauren Bacall: Sólo quería saber si me iba a gustar.

Humphrey Bogart: ¿Y te ha gustado?

Lauren Bacall: No lo he decidido aún.

Humphrey Bogart: ¿Y eso?

Lauren Bacall: Ya sabes que conmigo no tienes que actuar, Steve. No tienes que decir nada, ni tampoco hacer nada. Nada absolutamente. O quizás sólo silbar. Porque sabes cómo silbar, ¿no Steve? Tan solo tienes que juntar los labios y ... soplar.



To have and have not. Howard Hawks
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jueves, 1 de enero de 2009

Las secuelas del champagne

jueves, 1 de enero de 2009
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¡Feliz resaca! (Y feliz año, por supuesto)
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