domingo, 26 de julio de 2009

Tacones de plomo para no despegar

domingo, 26 de julio de 2009
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No voy a correr detrás de nadie
más de lo que ya corrí,
ni aún yendo tres metros por delante.

No voy a mendigar por las esquinas del pasado
recordando que ya nada es lo que era.
No voy a regalar te quieros de saldo barato,
ni admitiré que me tengan piedad.

No voy a dar más de lo que deba,
ni a pedir más de lo que me den,
ni a robar besos perdidos,
ni a jugar con el olvido en el jardín del Edén.

No despegaré mis pies del suelo mientras sueño,
y si lo hago y vuelvo a despertar
los próximos zapatos tendrán
tacones de plomo para no despegar....

No me voy a mentir más.
No voy a mentir más.
No voy a suplicar.

No malgastaré lagrimas ni en mi.
Y me haré fuerte en mi castillo,
lo que venga después, que pida permiso.

Que yo espero aquí…



Un día le robé a alguien esta declaración de principios, hoy el texto me ha robado a mi.
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martes, 21 de julio de 2009

Más allá de tu ombligo

martes, 21 de julio de 2009
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Creo que no te das cuenta, pero para nada me sirve que me abras las puertas si mientras me cierras las ventanas...
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martes, 14 de julio de 2009

Y volver...

martes, 14 de julio de 2009
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Puedo oír el bostezar de mis dedos mientras despiertan de su letargo, mientras se arrancan el bloqueo que abraza cada palmo de mi piel… y veo como, todavía perdidos, van buscando el camino de regreso hacia la teclas cien veces manoseadas, hacia los caminos que todavía no han sido recorridos por las avenidas que delimitan mis maltrechas costillas. Pero entre tanta desorientación las palabras y mis dedos no acaban de encontrarse con la coherencia, ni con el fin que justifique los medios. De momento sólo puedo vagabundear por tus pupilas, recitarte al oído bajito y en verso que pienso volver a trasnochar para sentir tus ojos clavados en la espalda de mi pantalla.

Pero dame tiempo, que todavía necesito unos cuantos relojes de arena para poner en la balanza de mi pecho, para equilibrar el desasosiego que se apropió de las noches que en otro tiempo fueron de vino y rosas.

Se acabó la estivación. Algún día había que volver a abrir los ojos, a pesar de saber que no siempre será para mirar hacia delante.
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