jueves, 27 de mayo de 2010

El tacto de tu calma

jueves, 27 de mayo de 2010
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Te veo sentado en el borde de la cama y comienzo a deslizarme entre las sábanas camino de tu espalda. Te rodeo con las piernas, te enredo con mis brazos las costillas y te pido que me toques algo triste como aquella madrugada invernal. Tú empiezas a buscar los acordes adecuados para diluir la melancolía de esta noche, para templarme el alma una vez más, y yo… yo sólo puedo acercarme más a ti, clavar mi mejilla en tus dorsales y dejar que el corazón me resbale hasta los pies.

Me veo sentada al borde de la cama y comienzo a darme cuenta de que estoy abriendo los ojos y que no estás, que el olor que tan bien conozco debe estar durmiendo a nueve manzanas de aquí, ajeno a los relámpagos que hacen que aúlle mi piel de loba herida. Así que en lugar de lamerme las llagas y olvidar, dejo a un lado los instintos animales de supervivencia y busco astillas y fuego en el cajón del recuerdo hasta convertirlas en las llamas que esta noche me consumen.

Me veo y te veo, sentados cada uno al borde de estas camas que son abismos, sucumbiendo a la soledad de esa pequeña distancia que se hace eterna cuando mis mejillas necesitan un lugar donde apoyarse, cuando no aparecen las manos que las sequen, cuando tu boca no puede beberse los jirones de tristeza de mi alma, cuando cada poro de mi piel clama por el tacto de tu calma.
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4 comentarios:

"Aquel chico..." dijo...

Sé que no escribes pensando en mí, sé que no soy dueño y señor de estas letras, sé que no soy razón de nada ni nadie, pero ahora me veo a un lado de la cama.

¿Estás en este, conmigo?
o ¿estás en el otro?

mínima importancia dijo...

en vez de costillas pon tetillas !!! jajajajajaja
estas tu muy sueltecita!!

Rebeca dijo...

¡Carmelo no me seas sucia!

mínima importancia dijo...

y sin embargo...TE QUIERO!