lunes, 14 de junio de 2010

Nuestro hombre en La Habana

lunes, 14 de junio de 2010
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- Le puedo dar un certificado médico –dijo el doctor Hasselbacher.

- ¿Usted nunca se preocupa por nada?

- Tengo una defensa secreta, mister Wormold. Me intereso en la vida.

- Yo también, pero…

- A usted le interesa una persona, no la vida, y la gente se muere o nos deja…, lo siento, no me refería a su mujer. Pero si a usted le interesa la vida, nunca le defraudará. Me interesa la azulinidad del queso. A usted no le da por los crucigramas, ¿verdad, mister Wormold? A mí sí, son como las personas: se llega al fin. Puedo terminar cualquier juego de crucigramas en una hora, pero tengo un descubrimiento respecto a la azulinidad del queso que nunca llegará a una conclusión…, aunque uno, por supuesto, sueña con que llegue un momento… Algún día tengo que mostrarle mi laboratorio.

- Tengo que irme Hasselbacher.

- Debería soñar más, mister Wormold. La realidad en nuestro siglo es algo que no debe afrontarse.



Extracto de "Nuestro hombre en La Habana", de Graham Greene
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1 comentarios:

"Aquel chico..." dijo...

El otro día hablábamos de las generaciones venideras...

Si no es momento de afrontar la realidad, ¿qué será de los hijos de nuestros hijos?.

Realidad o ficción.