jueves, 21 de enero de 2010

Los renglones secretos

jueves, 21 de enero de 2010
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“Me gustan los cazadores de sueños que se arropan con palabras para no quedarse expuestos a la intemperie de los días que llegan agotados a la noche. Me gustan las personas que no renuncian a hurgar en sus heridas para encontrar en ellas la sal de la vida, que da sentido a las sensibilidades comunes.

Me gustan los seres que no se conforman con cruzar por su existencia de puntillas, sin llamar la atención sobre las cosas que realmente importan, y que muchas veces se confunden con la irrealidad. Me gustan los pasajeros sin billete marcado que se suben a los trenes sin mirar el punto de destino, sin bajarse en las estaciones donde las promesas se confunden con las renuncias. Me gustan quienes escriben torcido para que se entiendan sus renglones secretos, sin pagar el peaje de lo obvio ni caer en la trampa de la rutina más cómoda, más fofa por exceso de grasas convencionales. Me gustan los que imaginan que sueñan para soñar lo que imaginan, los cautivos de su propia libertad que amplían las prisiones de los demás con sus deberes y haceres, y me gustan esos locos con cuerda para rato que buscan respuestas sin conocer las preguntas, que asumen como algo inevitable y hermoso que los tesoros más valiosos no están enterrados en islas perdidas sino a la vista de todos, al alcance de una caricia, en el territorio de las intimidades que se cobijan bajo el susurro y escapan de los gritos.

Me gustan los exploradores de su propio desierto en busca de espejismos donde reflejarse, donde reencontrarse, donde contarse. Me gustan esos supervivientes capaces de convertir ruinas en un hogar para los sentidos, en un refugio para los sentimientos, en una conjura de placeres sin cuento, de cantos al placer. Me gustan los que inventan el mundo cada día y por la noche lo esconden para protegerlo de las termitas del tiempo. Me gustan los que construyen belleza incluso desde la desolación, lanzados al abismo del misterio que renuncia a ser comprendido, con el alma agazapada dentro de una lámpara maravillosa que ilumina deseos compartidos y arrebata a las sombras su poder para convertirlas en luces sin dueño.”

Tino Pertierra.


Y creo que me gustan simplemente porque son todo lo que yo no soy capaz de ser…
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4 comentarios:

Rebeca dijo...

Para ser justos diré que en su día el texto lo robé de aquí:

http://almayciudad.blogspot.com/

. dijo...

La consciencia de lo que te gusta te da capacidad para mesurarlo y, en cierto modo, hacerlo propio.

Ya llegará, mujer, ya llegará, que somos jóvenes.

----------------- dijo...

Sólo una apreciación personal: yo creo que no te conformas con cruzar de puntillas por tu existencia, que llamas la atención sobre lo que importa, y te hemos visto -como ahora- explorar tus propios desiertos... por poner 3 ejemplos.
Así que no me parece cierto que seas incapaz de todo eso.

En cualquier caso, te perdonaríamos la mentirijilla, por haberla dicho muy bajito (es decir, en gris sobre negro) :)
Un saludo,
R.

Rebeca dijo...

Orologiao afortunadamente hay más días que longanizas, jeje.

Aunque R. me halaga lo que dices, y ojalá y tengas algo de razón. =)