
Pero este año huele sal, a vino y a la tranquilidad acumulada de un verano casi perfecto. Parece mentira como cura el tiempo, como se invierte la balanza en la que pesamos nuestra suerte, como los septiembres grises y sudorosos se han transformado ahora en sinónimo de hogar y ganas.
Así que marca de rojo los días del calendario, porque yo ya estoy lista para volver.
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3 comentarios:
De pequeño tenía pesadillas con la vuelta al cole. Y ahora... casi casi las tengo cuando llega junio y me asomo al abismo de dos meses sin actividad definida. No por falta de cosas por hacer, sino porque la inercia del calendario me obliga a bajar el ritmo... así que sí, me encanta volver a la actividad :)
Yo, pequeña mía, te espero aquí ansiosa!
Me gusta el optimismo que desprende esta entrada.
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