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Las horas se amontonan sobre tu vientre
—¿o son segundos?—
en forma de turbadoras caricias
—agónicos combates cuerpo a cuerpo—
hasta perder la conciencia.
¿Hay algo más puro y obsceno que tus besos,
que la absenta delirante que envenena mi boca?
—¿o son segundos?—
en forma de turbadoras caricias
—agónicos combates cuerpo a cuerpo—
hasta perder la conciencia.
¿Hay algo más puro y obsceno que tus besos,
que la absenta delirante que envenena mi boca?

Texto robado de: http://juanantoniobj.blogspot.com/
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1 comentarios:
Ñam. Puro y obsceno. Menudo cóctel.
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