miércoles, 19 de noviembre de 2008

Con nocturnidad y alevosía

miércoles, 19 de noviembre de 2008
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Puede que no te faltara razón cuando decías que me gusta hacer cosas de noche. No sé que tendrá la bombilla de mi flexo que me resulta más inspiradora que cualquier rayo de sol.

Leer, escribir, desgastar los cascos de tanto escuchar música, hablar durante horas por teléfono, todo cambia de color si tiene el reflejo del cielo negro sobre mi cabeza. Todo sabe un poco mejor, un poco más auténtico.

Además parece que en la noche nuestra parte más oscura se ve disimulada, se escapa para correr entre las sombras de las farolas, se lleva nuestras corazas y nos deja desnudos en los portales. Temblando un poco, silbando el viento de los días de octubre. Siempre un poco más cerca de la mañana que aquellos a los que sus despertadores acostaron hace horas.

Es posible, que todos se equivocaran y el día comience con el ocaso. ¿Por qué no?




1 comentarios:

Irene dijo...

te apoyo con eso, me gusta más la noche que el día. el sol es malo!