martes, 25 de noviembre de 2008

Modales fingidos

martes, 25 de noviembre de 2008
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¡No mires para otro lado! Si no es mucha molestia, claro. Me gusta que me mires cuando te hablo. Aunque sólo tengas para mí un par de ojos ciegos y marchitos.

Hoy tengo que decirte que te has equivocado, que mantener la cabeza alta, no es lo mismo que mantener la dignidad. A ti que te cegó tu propia intolerancia hasta que ya no supiste ver el afecto de quienes te rodeaban. Y ahora ¿con qué lo pagas? Perdona que te diga, pero los bancos no pueden ingresar perdones (no sé si te habrás percatado…). Pero no te preocupes, que ya sé lo que viene ahora. Una vez más te darás la vuelta, te alejarás corriendo y volverás a contar por ahí que la culpa fue de los demás.

Aléjate cuanto quieras, llora, rásgate las vestiduras, finge que eres leal, disfrázate de lo que nadie espera de ti… Haz lo que quieras, porque antes o después la vida te pagará con tu propia moneda y entenderás lo que significan mis palabras.

Qué triste ha de ser despertarse un día y verse los pies y las manos atadas a los malos sentimientos.

En fin… suerte en la vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

la cura de los malos sentimientos es el perdón


s

"Aquel chico..." dijo...

Me siento tan identificado con este texto... pero muy a mi pesar, no estoy en la cara buena del mismo. Yo soy aquel chico, el chico que se disfrazaba de lo que nadie esperaba de él, ciego y obtuso como el que más !!

Gracias.

Rebeca dijo...

Si hay que elegir un lado del cristal mejor que sea el que nos deje ver algo, no?