miércoles, 25 de marzo de 2009

Femme fatale

miércoles, 25 de marzo de 2009
.
Y siempre acabo volviendo a Wilde cual excéntrica sin vocación ni tiempo que perder. Pero es que hoy quería jugar a ser mujer fatal, ambiciosa y destructiva, y necesitaba un texto que bordarme en la piel.

Aunque sin saber cómo ni por qué los vientos de esta absurda primavera me han arrancado el adjetivo de fatal y me han dejado vacía y desnuda, supurando las lágrimas que no quise aprender a llorar.

Y así, una vez más acabo convertida en tragedia dulce y sangrante, en estrella del rock pasada de moda, en esa hoja en blanco que ve como por primera vez la vida le tatúa un “no”. Recordando que el papel de vencedora arde como el que más cuando las llamas le besan la piel…




“No has querido dejarme besar tu boca, Iokanaán. Pues bien, la besaré ahora. La morderé con mis dientes como si fuera un fruto maduro. Sí, besaré tu boca. Iokanaán. ¿Acaso no te lo dije? Ahora la besaré.

Pero ¿por qué no me miras, Iokanaán? Tus ojos, tan terribles, con aquel fulgor de cólera y desprecio, están ahora cerrados. ¿Por qué están cerrados? ¡Abre los ojos! Alza tus párpados, Iokanaán. ¿Por qué no me miras? ¿Es que acaso me temes, Iokanaán?

Y tu lengua, que era como una serpiente roja que destilara veneno, está ahora inmóvil y muda, Iokanaán, esta víbora roja que vomitó sobre mí su veneno. Es extraño. ¿Verdad? ¿Por qué está ahora inmóvil la víbora roja? No has querido saber nada de mí, Iokanaán. Me has rechazado. Me has dicho cosas infames. Me has tratado como a una cortesana, como a una prostituta, ¡a mí, la hija de Herodías, princesa de Judea! Pues bien, Iokanaán, yo vivo aún, pero tú has muerto y tu cabeza me pertenece. Puedo hacer con ella lo que quiera. Puedo arrojarla a los perros o hacer que sirva de pasto a las aves. Las aves devorarán lo que hayan dejado los perros...

[…]

¡Ah! ¿Por qué no me miraste, Iokanaán? Si me hubieras mirado, me habrías amado. Sé que me habrías amado, y el misterio del amor es más profundo que el misterio de la muerte.”


Salomé. Oscar Wilde
.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bien escribes. Wilde es un excelente refugio cuando se está hambriento de buenas palabras.

Rebeca dijo...

Uyyy que va, ya me gustaría a mi escribir bien, lo que si controlo es lo de robar buenos textos, pero no me lo tengais en cuenta, de algún modo tenía que compensar mis faltas, jejeje.

Gracias de todas formas. Un saludo.

Toci dijo...

Ves, por cosas como esta ya formas parte de la lista de Otros rincones del Rincón de Toci, muy bien rebeca, muy bien...

PD. A ver cuando engañamos a jorge para hacer una cenita/fiesta en su casa, no¿?

Unknown dijo...

Uyyyy, que sí, tú estás enamorada jajaja.

Seee nota.

Rebeca dijo...

Pues tú me dirás de quien... =O

Unknown dijo...

Lo lógico sería que lo supieras tú antes que yo,