miércoles, 31 de diciembre de 2008

Balanceándome

miércoles, 31 de diciembre de 2008
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No has sido un mal año, no me puedo quejar demasiado. Me diste mi ración de mar, me llevaste de paseo por tierras castellanas, e incluso me diste a probar de nuevo el exquisito sabor de las calles de París.

Como todo buen año te has cobrado también tu parte negativa, pero eso no debe tener cabida en el balance de una optimista, así que las cosas que perdí y las que dejé pasar se irán esta noche al fondo del trastero, donde no vuelvan a ver la luz del sol (ni las lágrimas que derramé por ellas).

No has estado mal, pero siempre se puede mejorar. Podías haber manejado las circunstancias para que mis propósitos llegaran a buen puerto y haber puesto trabas a los caminos a los que iban a extraviarse mis errores… pero no se te podía pedir tanto, al fin y al cabo sólo eres un año, y yo demasiado dada a esconder la cabeza bajo la tierra cada vez que soplan malos vientos.

Así que esta noche me calzaré los tacones y me pondré mi vestido nuevo para darte el último beso, te diré adiós y correré en pos de este flamante 2009 que se empieza a colar por las rendijas de mi puerta. Y una vez más, con mi gran lista de propósitos bajo el brazo y doce uvas enquistadas en la garganta saldremos a buscar todo aquello que tú no me pudiste dar.



¡Ciao amore!

2 comentarios:

Iorgeus dijo...

FELIZ AÑO!!!!!
Y recuerda, el 2008 tiene un segundo mas de los que pensabas... ¿En que piensas utilizarlo?

Rebeca dijo...

Creo que lo voy a invertir en comer uvas, quizá así bajen mis probabilidades de asfixiarme con ellas, jeje.