viernes, 12 de diciembre de 2008

Réquiem por un sueño

viernes, 12 de diciembre de 2008
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Juntamos otra vez
tu juego y mi razón, mi juego y tu razón.
Quedamos a las diez
para recuperar nuestro hilo conductor.

Y dices que no pasa nada, que el jet-lag no te afectaba,
y regresaste cantando, no te veré por un rato.
Y dices que no pasa nada, que yo lo necesitaba,
me tiro por la ventana de tu casa encantada.

Yo me comí las paredes, tú te empapaste en Granada
de la mirada urgente que te sonríe atontada.
La semana pasada no era lo que esperabas,
sólo fue un movimiento que hiciste fuera de tiempo.

Yo lo necesitaba, dices que no pasa nada,
que volar no te afectaba y yo
me guardo el corazón, me guardo el corazón.

No vuelvas a llamar si no es para decir
que todo está al revés.




El otro día me dio por ponerme a escuchar discos de Iván Ferreiro… Y te vi en las canciones, a ti que hace tanto que no te veía en ningún sitio…

Te despojé de tus encantos y sólo me quedaron un par de calaveras que ardieron por jugar con fuego. Al fin comprobé que las cenizas de la carne se las había llevado el viento, que ya no había sangre que bombeara los corazones, y todo se quedó tan calmo y vacío que se me evaporó el alma de la pena.

Pero es que la vida te lleva por caminos raros y a veces es necesario autoinmolarse para sobrevivir, aniquilar la mejor parte de uno mismo porque no es el momento apropiado. Tocar de nuevo un réquiem por las canciones que ya no dicen nada de ti.


Magia para evitar lo inevitable,
magia para olvidar lo fácil que se olvida
como por arte de magia.

Y hubo magia que borró todas las pisadas,
magia, dolía mucho y no fue nada,
magia en que todo acaba.
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