domingo, 21 de diciembre de 2008

Uno, un medio, un tercio

domingo, 21 de diciembre de 2008
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Mi extraña complicidad con los poetas muertos me lleva una vez más a poner en mi boca las palabras de Oscar Wilde. Decía este escritor estrambótico que los placeres sencillos son el último refugio de los hombres complicados. Y cuanta razón tenía...

Será que me enredo demasiado a menudo entre las marañas de entrañas que pueblan mi interior que acabo siempre por recurrir a las cosas sencillas (que, por aclarar, no es lo mismo que simples), porque cada vez estoy más convencida que las mejores historias son las que se escriben con boli bic.

Sin más que añadir os dejo un dulce ejemplo.





Por todas las veces que el destino enmendó nuestros errores...

3 comentarios:

La perpetua lucha. dijo...

Hola! muy bueno el blog! haces unas reflexiones muy interesantes!si quieres pásate por el mío y me dices si puedo agregarte a mi lista de blogs que sigo.
Un beso!

almayciudad dijo...

Este corto lo había visto hace años y ya entonces me gustó.

Gracias por visitar mi blog.

Un saludo.

Anónimo dijo...

El vídeo ya lo veré en otro momento, pero he de decir que cuánta razón lleva tanto el texto como usted al decir que lleva razón.

Bucle al canto y un saludico pal bote.