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Como dos personas que se cruzan en la calle y cambian de dirección a la vez para evitar chocarse. Una y otra vez, hasta que alguno decide quedarse quieto. Así estamos siempre, encontrándonos en pasillos demasiado estrechos.Hemos quedado en llevarnos bien, mientras cruzábamos los dedos en la espalda. Afilando siempre los cuchillos, porque no hay treguas para los amores imposibles. Quizá deberíamos pedir el divorcio. En el reparto de bienes me quedo Madrid, tú quédate mi orgullo.
Mientras puedes seguir ahí plantado con tus grises paredes y tus aulas cansadas, esperando noticias de mi abogado, viendo acabar una tormenta más mientras yo salgo corriendo. Corriendo, corriendo, corriendo… corriendo otra vez hacia ti.
Puedes quedarte esta noche, pero no prepares café, hoy solo vamos a dormir.
2 comentarios:
Día tras día te vuelves más rística! :P
¿Egocéntrica y urticante? Espero que te equivoques.
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